La gran necesidad de los gobiernos de la región por agilizar, optimizar, flexibilizar, transparentar y abaratar procesos y/o actividades del sistema público, ha motivado a utilizar en forma acelerada y sustancial las nuevas tecnologías. En la actualidad se escuchan términos como Cloud, Big Data, Analytics o IoT, todas tecnologías que se implementan para satisfacer la necesidad del Estado de modernizar, eficientizar procesos, acercar a los ciudadanos a nuevas y mejores formas de atención.
La nueva palabra de moda en este contexto, es e-governance o Gobierno Electrónico. ¿Qué significa esto? Es un concepto de gestión que fusiona la utilización de las TICs, la planificación y la administración, como una nueva forma de gobierno. Hay que entender que el desafío principal de estos “Gobiernos Electrónicos” está en mejorar los servicios e información ofrecida a los ciudadanos y organizaciones, simplificar los procesos de soporte institucional y facilitar la creación de canales que permitan aumentar la transparencia y la participación ciudadana. Es importante destacar que el ahorro de costos no es uno de los principales objetivos de estos gobiernos, sin embargo, la implementación de nuevas tecnologías que los haga más eficientes, trae aparejado una reducción tanto en el gasto público como en tiempo.
Según se publica en la página oficial del Gobierno de Estonia, éste fue uno de los primeros países en adoptar políticas orientadas a implementar integralmente tecnología para la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. Con esta decisión tan disruptiva, se convirtió en “el primer país digital del mundo”. Un ejemplo de lo realizado por este gobierno es la digitalización de historias clínicas y recetas en todo el país, facilitando la atención médica de los ciudadanos en cualquier establecimiento de salud del país y reduciendo el margen de error en la entrega de medicamentos.
Si nos enfocamos en nuestro país, veremos que el Estado ha entendido la importancia de incorporar la tecnología no sólo al servicio del propio Estado, sino también de cara a los ciudadanos y por eso hoy, se encuentra atravesando una etapa importante del proceso de digitalización. Un ejemplo de esto es la provincia de Córdoba con su identidad digital, una plataforma tecnológica que posibilita a los Ciudadanos acceder de forma simple, a todos los trámites y servicios digitales que brinda el gobierno provincial, y permite que cada persona cree su propio escritorio virtual, con acceso a todos sus datos y trámites dentro de la Administración Pública provincial. Otro caso, es el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con sus 1.000 colectivos monitoreados con cámaras Hikvision y sus 11 líneas de colectivos que cuentan con un sistema de arribo predictivo y cuyo funcionamiento se encuentra detallado en la página oficial.
Sin embargo, la transformación del sector Público en un Gobierno Electrónico es aún un desafío para la Argentina. En primer lugar debe existir en la clase dirigente una visión de la necesidad de esta transformación, fundamentalmente hace falta poner la prestación de servicios al ciudadano como centro de atención. Por otra parte, sumado a una política sólida de transformación, es necesario generar planes de capacitación e incentivos, para que los trabajadores del Estado estén a la altura de este cambio.
El primer paso hacia la transformación precisa de alianzas público-privadas para llevar a cabo los proyectos de modernización, fomentando la inversión, generando puestos de trabajo y mejorando la percepción de calidad de vida para los ciudadanos. El adecuado uso de la tecnología al servicio del Estado, puede llegar a ser la herramienta más eficiente y eficaz para entregar servicios rápidos y transparentes a los ciudadanos.