La transformación digital es más que la simple adopción de tecnologías para mejorar productos y procesos. Es un viaje con el objetivo final de digitalizar funciones heredadas o analógicas para aprovechar los beneficios de la escala, la automatización y la velocidad. El resultado es un negocio transformado digitalmente con empleados capacitados, clientes comprometidos y operaciones optimizadas que desbloquea el valor comercial y proporciona una ventaja competitiva.
Aparentemente, las empresas se han "transformado digitalmente" durante años, pero, de manera realista, es probable que la mayoría hayan etiquetado erróneamente el cambio incremental para digitalizar como una verdadera transformación digital. Si bien el primero puede abordar la necesidad de seguir siendo relevante en un mundo cada vez más digital para mantenerse al día con los competidores, el segundo debe buscar construir una ventaja competitiva real a largo plazo cuando se implementa correctamente.
Muchas empresas se vieron obligadas a acelerar su metamorfosis digital debido a la pandemia. Si bien algunos cambios pueden permanecer, esta ola de adopción acelerada de tecnología digital no debe confundirse con la verdadera transformación digital necesaria para el éxito a largo plazo.
No se garantiza que la adopción de tecnología moderna satisfaga las necesidades comerciales en nuestro entorno que cambia rápidamente. Es probable que las necesidades de los clientes evolucionen y cambien, y la tecnología adoptada para "ponerse al día" digital con los competidores no necesariamente ayudará a las empresas a mantenerse por delante de la competencia.
Las empresas deben tener una comprensión clara de la distinción entre la puesta al día digital y la verdadera transformación digital. La transformación requiere que las empresas reinventen no solo cómo funcionan, sino también la forma en que crean valor tanto para ellos mismos como para sus clientes. No importa cuántas iniciativas digitales implementen, no pueden esperar avanzar sobre sus competidores adoptando las mismas tecnologías.
Alrededor del 58 por ciento de las empresas están utilizando este período posterior a la pandemia para capitalizar el aprendizaje del experimento forzado de digitalizar sus modelos operativos para sobrevivir. Como resultado, buscan revisar la forma en que adoptan e implementan nuevas tecnologías, y el 66 por ciento de las grandes empresas se comprometió a reiniciar su estrategia de transformación digital en 2021.
La verdadera transformación digital es un viaje, no un destino
La transformación digital es un cambio organizacional general que ayuda a las empresas a aprovechar las tecnologías innovadoras para adaptarse, seguir siendo competitivas y rentables. En última instancia, es un viaje continuo. Una transformación digital eficaz no obliga a las empresas a dar un salto en la oscuridad y transformar todo el negocio de la noche a la mañana o volver a capacitar a toda la fuerza laboral para comenzar a ver los beneficios. En cambio, se debería adoptar un enfoque de ciclo de vida. Evaluar la situación actual, incluida la identificación de obstáculos y consideraciones de seguridad, la creación de una estrategia de migración para transformar que permita la innovación futura y la migración rápida de la carga de trabajo, y la escalabilidad incorporada para responder a la demanda del cliente mientras se mantiene la seguridad y el rendimiento a través de servicios.
La transformación digital es un proceso que evoluciona para abordar el crecimiento, la eficiencia y la experiencia del cliente y respaldar objetivos comerciales más amplios. Se trata de optimizar los procesos existentes para que sean mejores, más rápidos y ofrezcan un mayor retorno de la inversión, al mismo tiempo que se crean nuevas prácticas que permitan a la empresa lograr cosas que antes no eran posibles. La transformación digital es tanto una transformación organizativa como empresarial. Ser digital en el núcleo significa que cada parte de la empresa debe adaptarse con una mentalidad de primero digital y datos en el corazón: digital primero en la exploración de nuevos métodos de operación e infraestructura, con datos utilizados para informar e influir en las decisiones.
Encontrar el éxito, la primera vez
Un estudio reciente indica que el 73 por ciento de las empresas no lograron obtener ningún valor comercial de sus esfuerzos de transformación digital. Además, el 78 por ciento no cumplió con sus objetivos comerciales, lo que significa que solo un asombroso 22 por ciento logró los resultados previstos. Entonces, ¿por qué tantas empresas se equivocan?
A nivel práctico, hacer bien el trabajo de transformación digital requiere la elaboración de una hoja de ruta claramente definida para gestionar el proceso de forma estructurada. Una hoja de ruta digital exitosa comienza con una evaluación de la madurez digital de la organización y continúa para crear una definición de dónde desea estar. Para saber adónde va, necesita saber por dónde empezar.
Las mejores hojas de ruta son aquellas alineadas con la estrategia empresarial de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Desde arriba hacia abajo, los objetivos generales deben dividirse en tácticas ejecutables y traducirse en resultados comerciales significativos. Desde abajo hacia arriba, los conocimientos de los clientes y usuarios deben retroalimentarse a los ejecutivos que pueden monitorear el progreso y hacer las revisiones necesarias.
La transformación digital debe seguir un enfoque por fases, reduciendo el riesgo de tiempo de inactividad de la empresa. También significa que las empresas pueden adaptar su transformación según sea necesario para las necesidades departamentales específicas. A partir de ahí, las organizaciones pueden escalar los cambios en su estrategia digital para garantizar una integración perfecta en toda la empresa.
A pesar de los beneficios de una transformación en toda la empresa y de una aceleración de las estrategias digitales inducida por una pandemia, las empresas a menudo dudan en alejarse de las tecnologías y procesos actuales y dar el primer paso. Entrar en lo desconocido da miedo y muchos simplemente no tienen la experiencia o el talento interno para abordarlo. Trabajar con un socio tecnológico experimentado puede simplificar y agilizar el proceso. Las empresas pueden concentrarse en sus responsabilidades diarias mientras el socio tecnológico gestiona el proceso de transformación digital de un extremo a otro, proporcionando la experiencia, las habilidades técnicas y los recursos para el éxito continuo.