Las aplicaciones están en el corazón de los negocios en la era digital. Pero al mismo tiempo que promueven la simplicidad, la agilidad y la conveniencia para los usuarios y consumidores, si no están protegidas, pueden abrir brechas para ataques provenientes de diferentes ubicaciones y con diferentes niveles de tamaño y complejidad. Es necesario proteger los sitios web, las aplicaciones y los servicios de Internet, como las API, partes clave de Open Finance, por ejemplo.
Construir una aplicación web segura no es tarea fácil. Requiere mucho conocimiento y el diseño de un modelo en el que todos suman para crear la estrategia más efectiva posible. La mayoría de los ataques ocurren debido a vulnerabilidades presentes en la propia aplicación, y es responsabilidad de los desarrolladores y arquitectos conocer dichas debilidades y cómo protegerlas.
Es un viaje de alertas y actualizaciones constantes, que incluye varios procedimientos y precauciones, como el uso de cifrado actualizado, la autenticación adecuada, parchear continuamente las vulnerabilidades descubiertas y mantener el desarrollo de software que incluye seguridad desde el principio.
¿Cuál es la ganancia esperada cuando la seguridad está en línea con las aplicaciones y los objetivos comerciales? Sin duda, el mantenimiento de la reputación de la marca ocupa un lugar destacado, ya que reduce el riesgo de fuentes internas y de terceros, manteniendo los datos de los clientes, la credibilidad y aumentando la confianza.
A medida que evolucionan los tipos de ataques, es necesario estar constantemente preparados para prevenir filtraciones y nuevas vulnerabilidades, y también la conciencia de que no basta con establecer medidas de seguridad. Probarlos constantemente asegura que funcionen correctamente. Por cada incidencia detectada previamente, una experiencia de aprendizaje. Además de servir como brújula para saber si la estrategia es, en efecto, la correcta.
Alerta constante
Todo este monitoreo y actualizaciones constantes requieren la dedicación de un equipo calificado para garantizar que las aplicaciones estén protegidas y, por lo tanto, seguras en la eficiencia operativa. Para no desviarse del foco del negocio, las empresas subcontratan cada vez más esta actividad a socios con experiencia en seguridad de la información. Se encargan desde el análisis del entorno del cliente, detección de puntos vulnerables hasta el asesoramiento en la implantación de la cultura de seguridad corporativa.
Con cada evolución tecnológica en el mercado, como las aplicaciones en la nube, el avance de IoT y la llegada de 5G, es necesario redoblar el cuidado en relación con la protección de las aplicaciones que innovarán los negocios en diferentes sectores de la economía. De ahí la importancia de adoptar medidas de seguridad para cada componente de la aplicación y durante cada fase del proceso de desarrollo. Se deben incluir medidas únicas para cada uno de los componentes.
Con cada nueva generación de aplicaciones, por ejemplo, se necesita una estrategia, que puede ser la automatización de los procesos de implementación, la seguridad en la nube, las aplicaciones en el modelo SaaS son convenientes, atractivas, pero requieren atención y protección.
En este nuevo mundo, es necesario construir una nueva cultura de seguridad. La conciencia de que la empresa se transforma cada día con lo digital y en ese camino es fundamental que la seguridad esté presente. Vale la pena señalar que no existe una receta universal para proteger las aplicaciones. Cada sector tiene sus vulnerabilidades, ligadas a procesos específicos, sus alianzas y tantos otros posibles vacíos en su ecosistema empresarial. Todo cuidado es poco si las empresas avanzan hoy hacia el futuro.