No hay vuelta atrás, la nube es irremediablemente un factor crítico para las economías y empresas digitales que apuestan por agilidad, rapidez y escalabilidad. Las compañías lo están entendiendo, ya que la obsolescencia las está impactando fuertemente.
Con clientes más empoderados y ávidos de tecnología, la nube se ha posicionado como herramienta fundamental para la evolución digital de las organizaciones. Surgen, entonces, desafíos no solo en su adopción y habilitación, sino también en la modernización que implica. Al inicio hay un enfoque en la infraestructura y migración simple. Pero los clientes ya no buscan solo migrar sus sistemas on premise y llevarlos a la nube sin tener que mantener infraestructura local, sino modernizar sus arquitecturas y aplicaciones para reducir costos, hacer más eficientes y flexibles los procesos, y poder escalar sus operaciones. En definitiva, se trata de adaptarnos a los nuevos parámetros de servicio del mercado y no quedar rezagados ante los competidores. Hoy existe un mayor nivel de madurez y aunque la nube es costosa, hay mayor conciencia de que su uso es estratégico y crítico. Modernización de aplicaciones y capas de datos Ciertamente, su implementación varía según las necesidades de negocio.
Para ello, es fundamental una buena asesoría que elija el mejor modelo de uso, con una estrategia que organice qué partes del negocio se migrarán y, en el mejor de los casos, una gestión integral de la infraestructura cloud y de las aplicaciones. La clave, entonces, va de la migración a la modernización, sosteniendo la creación, habilitación y puesta en marcha de aplicaciones sobre la nube, que permitan construir la nueva arquitectura.
En paralelo, la orientación está también en la capa de datos. Una vez capturados, almacenados y procesados, surgen acciones sobre su utilización en el análisis para obtener información valiosa y tomar mejores decisiones. El desafío no es menor. El oro está en la información que se genera a través de todos esos sistemas donde cada uno genera contenidos que no están concentrados en una sola fuente de datos. Hoy hay mucha información y para procesarla se requiere mucho tiempo y capacidades.
Por ello, urge integrar y consolidar todas las fuentes de datos que sean relevantes a través de cloud para disponer esa información de forma simple y hacer una buena toma de decisiones. Hoy lo hacen, pero pagan millones por sistemas que son monolíticos y no permiten flexibilidad.
Futuro colaborativo y multicloud
Desde un enfoque basado en la nube y en la capa de datos, lo que se viene es el desarrollo de fuentes unificadas que almacenen los datos. Con una mayor especialización de colaboradores que incluyen científicos y analistas con roles y perfiles nuevos, se apuesta por un futuro multicloud.
Y aunque no se puede impulsar una migración total a la nube, ya que hay cosas que son imposibles de mover, el futuro debe ser multicloud e híbrido. Las condiciones se darán en la medida en que los aliados estratégicos entiendan los problemas y necesidades de negocio de los clientes. Ecualizar los costos, ser competitivos y sacar mayor provecho a las tecnologías es una medida crítica. Las arquitecturas digitales que permitan el despliegue de aplicaciones son el presente y el futuro. La nube es y seguirá siendo un eslabón fundamental para las empresas.